esta edad sin paz.
Mi sed de besos, y esta soledad.
El brillo de tus ojos en mi sueños.
Y esa alegría que cuando te fuiste perdí.
La que me viene solo cuando estas,
y no quiero perder.
Tan terriblemente
y locamente inmortal,
como el amor inmenso
que siento por vos.
el que a mi trajiste por primera vez,
aquel que nunca, nunca cambiará.
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